Emocionalidad y Sentimiento
Para comenzar hay que hacer una breve referencia sobre la emoción y el sentimiento, éstos parecen la misma cosa, pero no es así, las emociones son todo aquello que no podemos palpar con nuestro tacto, gusto y olfato, pero sí con nuestro sentido instintivo, nuestro corazón.
Por otro lado, entendemos que los sentimientos derivan de las emociones, que son las reacciones orgánicas o instintivas que experimenta un individuo y por lo cual responde a ciertos estímulos externos. Es por esto que, los sentimientos se originan de la conceptualización y valoración racional de las emociones y de las causas de éstas.
La emocionalidad es esta capacidad para reflejar el estado de ánimo de los contenidos, experiencias y la naturaleza. No todas las personas son iguales en términos de emoción. Algunos son demasiado generosos al compartir con el mundo su estado de ánimo, sin ocultar nada. Otros parecen ser cerrados, fríos, sin emociones.
Se tiene que la emocionalidad y el sentimiento siempre van ligados entre sí, ya que una cosa conlleva a la otra ó sea que la emoción da origen al sentimiento, primero se palpa lo que hay que sentir. Las emociones se producen cada vez que experimentamos una interrupción en el fluir de la vida. Por ejemplo, si nos llaman para comunicarnos que hemos sacado un premio en ese concurso tan importante al cual enviamos nuestro trabajo, nuestro espacio de posibilidades deja de ser el mismo. El futuro es diferente. La emoción de alegría, de optimismo, que experimentamos, reemplaza a la que teníamos antes, de incertidumbre, de aprensión.
Cuando advertimos que nuestras posibilidades se expanden, nos movemos hacia la emocionalidad positiva; cuando estimamos que nuestras posibilidades se reducen, nos desplazamos hacia la emocionalidad negativa. O, a la inversa, de acuerdo con la emocionalidad en que nos encontremos, la manera de observar lo que acontece y, en consecuencia, aquello que se nos presente como posible, será diferente.
Para concluir, emocionalidad y sentimiento deben de equilibrarse para poder fluir con la vida y que ésta sea más placentera; así también, debemos ser lo suficientemente inteligentes para responder al cambio que el día a día nos exige.
No vale la pena estar sumergidos en sentimientos de baja frecuencia, ya que ellos originan una emocionalidad de igual vibración y por consecuencia, nuestro día a día se hace mucho más difícil de llevar y atraemos cosas que no queremos en nuestras vidas.
Ánimo y siente tu emocionalidad empoderada desde el amor, así que ,vibra, siente y actúa para tu más alto bien.
Dra. Maribel Leuffer,
Psicoterapeuta Humanista y Terapeuta Holística.
Culiacán, Sinaloa. México.
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