Algo muy común durante una consulta con el paciente, dentro de la terapia, es encontrar patrones repetitivos en su vida. Puede ser que la historia se repita una y otra vez en el plano amoroso: decepciones, temores al compromiso, relaciones fugaces, o ausencia de relaciones románticas.

Otros ámbitos mas allá del amor

O quizás en el ámbito económico: la persona no encuentra trabajo estable, o pierde el trabajo, o emprende un negocio que no camina, que gana poco, que no crece.

Otros parecen vivir rodeados de personas autoritarias y dominantes, otros hagan lo que hagan no logran mudarse de la casa familiar. Algunos se sienten responsables por ayudar y proteger a familiares o conocidos, otros incluso tienen solo experiencias marcadas por el dolor, por sufrimiento.

Hay muchas razones para que estas cosas ocurran, tales como temas emocionales no trabajados, pensamientos o creencias heredadas de los padres, abuelos o de más arriba en el árbol genealógico, siendo esto ya un tema transgeneracional. Y también podría ser un tema de Karma. Un tema de lazos kármicos.

En pocas palabras ¿Qué son los Lazos Kármicos?

Los Lazos Kármicos son promesas, contratos o juramentos que hicimos en esta u otras vidas, a personas o a organizaciones por algún tipo de beneficio o por simplemente por amor.

Por ejemplo: En nuestras vidas pasadas, pudimos estar perdidamente enamorados; pudimos haber jurado amor eterno y con esto, el habernos causado el estar solos hoy. Porque quizás ese gran amor es hoy un familiar cercano o quizás no ha encarnado. Por lo tanto no forma parte de ESTA vida.

Otro ejemplo común sería el de alguien que se enlisto en el ejército, jurando obediencia, y ahora tiene a todos alrededor diciéndole que hacer. U otra persona que hizo votos de celibato y abstinencia para entrar a un convento o monasterio, puede encontrarse hoy en mucha soledad.

Incluso, hay gente que hizo juramentos para entrar a un circulo de hechicería, o para adorar a alguna deidad y ahora al no hacer el pago a ese ser, las cosas se ven complicadas, con los caminos cerrados.

Hay mil ejemplos de cómo esos contratos nos crearon lazos que hoy no nos sirven, sino que más bien nos estorban en el camino a alcanzar nuestros sueños.

Para reconocer esos lazos que tenemos y nos obstaculizan el avance solo tenemos que observar nuestra vida y ver en qué se nos hace más difícil y que se nos complica más.

En la terapia de corte de lazos kármicos se ayuda al paciente a entrar en un estado de relajación a través de una visualización; se profundiza más hasta llegar a un punto en que la persona está completamente consiente a la vez que su cuerpo descansa. Estando ahí se empieza a recitar los decretos de corte. Al terminar se procede a hacer una armonización de energía para ayudar con el desgaste que causa el corte de los lazos.

No es necesario saber los nombres de las personas con quien ocurre esta relación, se pueden recitar decretos para cortar estas relaciones de forma abierta.

Idealmente, al terminar la terapia la persona debe ver un cambio en su vida. Las cosas que antes parecían difíciles o ciertamente negadas empiezan a darse con más facilidad.

Los resultados después del corte en relaciones karmicas, sería que al no haber aprendizajes con dolor, queda el vínculo del amor, y las personas siguen en paz. O, al no haber más trabajo pendiente entre ellos, la relación termina en buenos términos y ambos son libres de avanzar con sus vidas. Sea como sea el caso, siempre trae un beneficio para ambas partes.

Milagros Vinces Waltersdorfer – Terapeuta Holística

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