Los Cuatro Elementos en el Tarot

Los cuatro elementos en el Tarot, como en toda la filosofía esotérica, se consideran como cuatro principios básicos de la vida. Estos pueden aplicarse a todas las cosas mediante principios de similitud y analogía. C.G. Jung permitió una comprensión moderna de estas categorías desarrollando un sistema en el cual los elementos corresponden a cuatro funciones básicas de la psique humana.

Las fuentes tradicionales occidentales también toman en cuenta un quinto elemento, la «quinta esencia». Esto describe muy simplemente al alma o el ser espiritual de la persona.
Alude a la libertad del hombre y nos recuerda los grandes misterios de lo eterno. Esta quinta esencia permanece separada de los otros cuatro elementos y no se encuentra representada en los arcanos menores, sino en los mayores.

Por ello podemos considerar los arcanos menores como la expresión de lo cotidiano, las cosas del día a día, nuestra vida concreta tal como se manifiesta a nivel tangible, más allá de las fuerzas ocultas y principios universales que están representados en los arcanos mayores.

Los Bastos

Representan el elemento Fuego. Es muy poderoso, ya que el fuego modifica el estado de la materia, lo transmuta. Se expresa mediante el movimiento, la actividad, pero también se refiere a la facultad espiritual, «La chispa divina», el «calor humano», vitalidad y entusiasmo. Trata de la energía existencial y sexual. En exceso, puede abrasar.

El fuego es el catalizador de los otros elementos: los reduce y los cambia sin alterarse. Es un elemento masculino, de acción y esfuerzo, poder creativo que transforma, la llave para la transmutación. En las cartas de Bastos hallamos: deseo y acción, esfuerzos y luchas; fuerza vital, chispa divina, inspiración e ímpetu inicial.

Las figuras de bastos tienen un fuerte énfasis de fuego, luego son espontáneas e impulsivas, aplican su energía con todo su corazón. Su repuesta emocional es rápida y tienen una imaginación vivaz.

Los Oros (Pentáculos)

Se relacionan con el elemento Tierra. Lo material, los sentidos, el fundamento del mundo concreto. Sobre este plano se asientan o superponen los otros tres. Significa que realiza la función de equilibrar el ímpetu del Fuego, la razón de las Espadas, la emoción del Agua, para realizar algo tangible con todo ello. En las cartas de oro tenemos los frutos de nuestros esfuerzos, los bienes y las ganancias.

Las figuras de oros representan personas que reaccionan de manera calculada. Son laboriosos, su dedicación es constante y perseverante. Emocionalmente, son personas profundamente enraizadas que dan forma a sus proyectos.

Las Espadas

Su elemento es el Aire y, en el ser humano, el pensamiento. Cuando éste funciona debidamente, goza de claridad. Las cartas de espadas nos revelan lo tenso de la mente humana, engaños y autoengaños; las luchas y el sufrimiento que comienza en las programaciones, las dependencias, las traiciones.

Las figuras de espadas son rápidas y animadas. Aplican su energía de maneras muy diversas. Tienden a intelectualizar sus sentimientos y expectativas. Se fundamentan en valores como la justicia.

Las Copas

Su elemento es el Agua y su facultad el AMOR, el sentimiento, la ilusión y la fe. Pero su problema es el desbordamiento emocional que debe atemperarse con la Razón, con el pensamiento (espadas)

Las figuras de copas son del tipo sentimental y son muy sensibles, incluso se identifican con personas psíquicas. Son imaginativas, emocionales y profundas.

Fuente: https://www.enbuenasmanos.com/

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