La pareja según los Órdenes del amor

La pareja según los Órdenes del amor. El sistema familiar constituye un campo espiritual guiado por una fuerza común que obedece a determinadas leyes y al que pertenecen no sólo todos nuestros ancestros sino también aquellas personas que de alguna manera tuvieron importancia para el sistema.

Cuando alguien perteneciente al campo ha sido excluido, rechazado u olvidado se produce un desorden ya que el primer derecho que tienen las personas que conforman el sistema es el derecho a la vida y el segundo, es el derecho a la pertenencia.

Todas las partes deben ser incluidas y recibir su reconocimiento ya que como estas personas excluidas y olvidadas están conectadas con nosotros y se manifiestan en el presente, todo lo que no se honre y se pretenda excluir conducirá a la desunión y la patología. A través de un fenómeno de resonancia en el presente otro miembro estará destinado a representar inconscientemente a la persona excluida y se comportará de manera extraña con la finalidad de obligarnos a incluir al rechazado y así restablecer el orden sistémico.

Por ejemplo, un niño debe tener derecho a querer a sus dos padres, si excluimos a alguno de ellos ese hijo posiblemente lo ‘sustituya’, presentando muchas dificultades, comportándose con los mismos defectos que rechazamos del otro y hasta convirtiéndose en un rival, lo que sería algo así como envenenarse con la sangre de la familia sin cumplir el propio destino. Estos ancestros necesitan que alguien los vea con amor y respeto y compense sus fracasos en vez de imitarlos.

Esta red familiar dirigida por una instancia superior que vincula a todos sus miembros y que actúa como una conciencia común, es comparable a una bandada de pájaros en la que, de pronto, todos giran en otra dirección como guiados por una fuerza superior que actúa en todos y permanece inconsciente. Uno repite una suerte que ni siquiera conoce, a través de la ‘conciencia familiar’ si alguien en la familia sufrió una injusticia, en el grupo surge la necesidad irresistible de compensación.

LA PAREJA

La pareja es una comunidad de destino, una relación necesaria para ambos sistemas familiares: cada uno pertenece de ahora en adelante a una nueva comunidad sistémica creada por la fusión  de sus sistemas de origen.

En las uniones asimétricas se produce un desequilibrio que lleva a uno de los cónyuges a plantear el divorcio, un lugar de conflicto donde todas las identidades están en riesgo. Son muchas las causas que matan el amor y conducen a la separación, entre ellas el querer o desear que el otro cambie, eso es falta de amor y de respeto, es falta de aceptación.

La rivalidad de poder en la pareja es la semilla de la separación que nos enceguece ya que entramos en un juego de manipulación en el que no alcanzamos a ver a la otra persona porque proyectamos un antiguo patrón destructivo. Estamos viviendo un rencor o venganza del pasado, de nuestra infancia o de nuestros ancestros.

El origen de un desorden amoroso puede estar antes o después del nacimiento. Cuando el origen es previo al nacimiento (transgeneracional) quiere decir que hay un mensaje familiar de amor imposible o difícil que oficia de programa inconsciente y no nos pertenece. Por lo general, los conflictos no solucionados aparecen como fantasmas en relaciones posteriores que se hacen visibles a través de actos y emociones incomprensibles.

El divorcio, como síntoma, representa una herida en el inconsciente familiar entre lo masculino y lo femenino, y la forma de relacionarse entre sí.

Para iniciar una nueva relación y que funcione, primero es necesario reconciliarse con el pasado, cuanto más luchemos y despreciemos lo anterior, más atados y atrapados estaremos. Atravesar el dolor implica vivirlo, descifrarlo y una vez que ha cumplido su función soltarlo y dejarlo ir. El objetivo es darle un lugar en el corazón a quien fue nuestra pareja, reconocerlo y respetar su dignidad como persona, como padre o madre, llevándolo a cabo de forma interna ya que no siempre se pueda hacer explícitamente.

Recordemos que lo que no superamos se lo dejamos como herencia emocional a nuestros hijos. Si no le damos el reconocimiento que es debido nuestros hijos se encargarán de mostrárnoslo de algún modo comportándose como tal.

Algunas consideraciones sobre los Órdenes del Amor en la Pareja.

  • -El hombre se convierte en hombre a través de la mujer. La mujer se convierte en tal cuando asume que necesita al hombre. Una mujer sólo puede desarrollarse plenamente compartiendo la vida con un hombre. El hombre sólo es significativo como hombre teniendo a una mujer. Ambos deben admitir que se necesitan mutuamente.
  • -Hombre y mujer son incompletos y se completan en la pareja, que a su vez se realiza en un tercero, una nueva unidad: hijo o proyecto de pareja.
  • -La fuerza de la pareja viene de la fusión de los opuestos: fusión masculino – femenino. Cada uno es el resultado de la fusión de su padre con su madre. Al tomarlos incondicionalmente y por igual esta fusión interior cobra fuerza y el aporte a la pareja será mayor.
  • -Cada uno aporta a la pareja lo que le falta, aunque al cabo de un tiempo juntos, lo femenino y lo masculino se desdibuja y ya hay menos aporte y atracción, por lo cual es necesario que cada uno refuerce su identidad estando de vez en cuando solamente con los de su mismo sexo. El hombre renueva lo masculino estando con hombres y la mujer renueva lo femenino estando con mujeres y así vuelven a aportar más a la unión.
  • -La relación de pareja se basa en la condición previa de igualdad. Todo intento de comportarse como padre o hijo del otro provoca una crisis en la pareja. Si una mujer se comporta como una madre frente a su marido sabiendo qué es bueno para él o queriendo educarlo, el hombre se toma una amante.
  • -Cuando los miembros de la pareja no se encuentran en el mismo nivel, no funciona. El hombre no sólo busca a la madre en una mujer mayor, también aquel que busca una mujer más joven está buscando a la madre. Esto se aleja de la igualdad; él parece superior pero en realidad es la mujer más joven la que está para él y no al revés, lo que resulta una relación madre-hijo. Para las mujeres es similar a la inversa.
  • -La mujer debe seguir al hombre y el hombre tiene que servir a la mujer y sus hijos. Si el hombre sigue a su mujer y los hijos a la madre eso conduce al fracaso porque el hombre no puede desarrollarse en una situación así.
  • -La consumación del amor crea un vínculo indisoluble independientemente de cualquier rito exterior.
  • – La seguridad de saber que estamos unidos para toda la vida, de que el otro está comprometido a pesar de los conflictos, permite la elaboración y la superación de estos conflictos promoviendo el crecimiento de ambos y facilitando una mayor armonía en la convivencia.

Los niveles del amor según Hellinger.

1-Etapa del enamoramiento: ‘Me mueves mucho, pero te veo poco’.

2-‘Me mueves menos, pero te veo más’.

3-Etapa del compromiso: “te quiero a ti y veo lo que te mueve (tus padres, tus raíces, tu pasado, futuro, tu destino….) y lo veo con amor. Me quedo a tu lado, con todo lo mío que me mueve, para cumplir mi destino junto a ti”.

4-  Si surge la separación:

“Yo te amo y también amo mi propio destino y yo sigo a mi destino”.

“Te quiero a ti y a lo que te mueve, aunque aquello te aleje de mí”

 

Fuente: https://centrocedes.com/

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