El objetivo de los reflexólogos
El objetivo de los reflexólogos es tratar problemas de salud mediante la aplicación de una presión controlada en los pies (y, a veces, en las manos) del paciente. Según los reflexólogos, en los pies hay las áreas reflejas correspondientes a distintas partes del cuerpo (por ejemplo, glándulas y órganos). Los reflexólogos creen que la estimulación de estas áreas reflejas ayuda a relajar todo el cuerpo y a estimular el proceso curativo natural del cuerpo.
¿Qué es la reflexología?
La reflexología es una terapia holística que se basa en antiguas técnicas curativas chinas, egipcias e indias. Empezó a utilizarse en Occidente en el siglo xx.
Los reflexólogos creen que los pies y las manos tienen áreas reflejas correspondientes a cada órgano, estructura y sistema del organismo. Estas áreas están conectadas a través de un sistema de energía que atraviesa todo el cuerpo. Este sistema puede llegar a bloquearse o congestionarse, y hacer así que el organismo deje de funcionar con toda su eficacia.
Mediante la manipulación de los pies y las manos, los reflexólogos relajan las tensiones del organismo para que la energía fluya libremente por todo el cuerpo, y se recupere así el equilibrio, a la vez que se consigue la eliminación de toxinas (venenos) y se fomenta la curación natural del organismo.
Cuando el reflexólogo visita por primera vez a un cliente, le interroga acerca de su problema o enfermedad. También investiga sobre muchos otros factores que puedan afectar a la persona entendida como «un ser completo». Pregunta sobre la forma de vida del paciente, su trabajo, su dieta y el ejercicio físico que realiza.
La reflexología realiza esta aproximación integradora ya que se trata de una medicina holística. Su objetivo es tratar las causas subyacentes de los problemas, en lugar de concentrarse en un problema concreto o en conjunto de síntomas.
Durante esta primera visita, el reflexólogo tomará notas (realiza el historial clínico), que formarán parte del registro del paciente para que el reflexólogo pueda consultarlas en un futuro.
A continuación, el paciente se sienta en una silla y se quita los zapatos y los calcetines. Se trata de una silla articulada específica, que permite al reflexólogo tratar con mayor facilidad al paciente.
El reflexólogo se sienta enfrente del paciente y manipula los puntos de presión de los pies (de acuerdo con su evaluación sobre las necesidades del paciente).
A veces, el reflexólogo aplica polvos de talco, crema o aceite en los pies para que el tratamiento resulte más cómodo.
Una vez completa la sesión, el reflexólogo puede programar otra cita para el paciente y realizar el cobro de la visita. A continuación, debe lavarse las manos antes de atender al siguiente paciente.
Hay pacientes que requieren varias sesiones, o bien un ciclo de tratamientos cuya duración dependerá de sus necesidades.
Los reflexólogos no pretenden que su tratamiento cure todo tipo de síntomas y enfermedades. Sin embargo, creen que la reflexología puede resultar eficaz en el tratamiento de una serie de problemas concretos, como la migraña, las sinusitis, un desequilibrio hormonal, trastornos digestivos, dolor de espalda y los trastornos relacionados con el estrés.
Fuente: https://www.educaweb.com/
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