Beneficios del yoga en adultos mayores.

El yoga es una actividad física muy recomendable en adultos mayores por sus beneficios, tanto físicos, psicológicos como sociales. En adultos mayores es bueno tener en cuenta esta práctica, la cual nunca es tarde para empezarla.


La práctica del yoga debe ser regular. Los profesores expertos son los encargados de enseñar las posturas del yoga más adecuadas para la gente de la tercera edad y ayudar a corregir movimientos inapropiados para prevenir lesiones frecuentes y peligrosas en personas mayores.
Si se tienen problemas óseos o musculares es importante primero consultar con un médico para que le pueda indicar qué posturas son las más apropiadas para realizar los ejercicios.

Beneficios físicos del yoga.

Los beneficios físicos que se obtienen principalmente en la práctica de esta disciplina son:

Aumento de la flexibilidad. Las personas mayores con el paso de la edad suelen ir perdiendo movilidad y flexibilidad. El yoga permite practicar algunos ejercicios sencillos de estiramiento que ayudan a disminuir este proceso.
Mejora del equilibrio. Para las personas de la tercera edad mantener el equilibrio es muy importante, ya que son propensos a caerse y sufrir lesiones óseas. La práctica de esta disciplina ayuda a reducir este problema.
Mantenimiento de la masa muscular. Las personas que dejan de hacer actividad física van perdiendo fuerza. El yoga ayuda a las personas mayores a mantener su masa muscular.
Mejora de la respiración. El yoga enseña cómo respirar correctamente. Para las personas mayores saber respirar de manera adecuada es muy importante, ya que ayuda significativamente a relajarse y aliviar algunas enfermedades de carácter respiratorio.

Beneficios psicológicos.

Algunos de los aspectos más beneficiosos a nivel psicológico son:
Mejora de la memoria. La práctica regular de yoga ayuda a minimizar los problemas cognitivos y emocionales que a menudo preceden al Alzheimer y otras formas de demencia.
Mejora el estado de ánimo. Debido al aumento de serotonina, la práctica regular de yoga, produce mejoras significativas en pacientes con depresión y ansiedad influyendo positivamente en el humor de quien lo practica.
Reduce el estrés. La práctica del yoga reduce los niveles de cortisol, la hormona encargada de regular las situaciones estresantes. Realizar esta disciplina ayuda a bajar los niveles de esta hormona, y por lo tanto, reducir el estrés.
Mejora el sueño. Una de las funciones de la serotonina es la de aumentar la producción de melatonina, hormona encargada de regular los ciclos del sueño. La práctica del yoga aumenta los niveles de serotonina por lo que ayuda a dormir mejor.
Concentración y relajación. La práctica del yoga requiere concentración, es una actividad en la que cuerpo y mente están en armonía produciendo un estado de relajación intensa.

Beneficios sociales.

El yoga es una disciplina que se puede practicar en grupo. Puede utilizarse como herramienta para ayudar a la gente mayor a relacionarse con personas de la misma edad y pasar un rato en buena compañía.
Reduce el sentimiento de depresión y soledad. La depresión tiende a aislarnos y en estos casos la soledad es mala compañera. En este sentido, la práctica del yoga ayuda a relacionarnos con otras personas y conocer a gente nueva por lo que ayuda a combatir la depresión y la soledad.
Mejora las relaciones sociales. El yoga y la meditación ayudan a mantener la mente feliz y relajada ayudando a afrontar de manera sensible nuestras relaciones diarias con la familia, amigos o seres queridos. Cuando uno se encuentra bien se relaciona con los demás con mayor amabilidad y tiene la capacidad de construir relaciones más equilibradas y profundas.

Recomendaciones para practicar yoga.

  1. Hacer los ejercicios bajo la supervisión de un profesional para evitar lesiones.
  2. En caso de tener problemas óseos o musculares primero consultar con un médico para que le pueda indicar qué posturas son las más indicadas para practicar.
  3. Si tienes lesiones o cirugías previas, lo mejor es que se lo comentes a tu profesor al llegar a la clase.
  4. Deja que tu cuerpo se adapte a los nuevos ejercicios, a los nuevos movimientos, sin forzar. Descubrirás músculos que no sabías que existían y que nunca has ejercitado. Con la práctica irás haciendo poco a poco, cada vez más.
  5. Pregunta todas las dudas a tu profesor. Es preferible entender bien algo antes de hacerlo.

Si deseas saber más información acerca de estos temas, te invitamos a leer los artículos de nuestro blog: Mundo Holístico
Fuente: https://atencionmayores.org/