Sanación akáshica
Muchas veces oímos el término sanación akáshica y nos cuesta entender exactamente qué es lo que se quiere decir con ello. A veces, el término akáshico nos conecta con algo muy lejano, con algo que nos resulta ajeno y pensamos que muy poco tiene que ver con la vida que llevamos aquí, ya que algo que se desarrolla en los planos sutiles ¿cómo podría tener un impacto en mi vida cotidiana? ¿en la persona que soy? ¿en este plano material?
Sin embargo, cuando nos adentramos en el plano akáshico, nuestro ser en el plano físico se abre a sufrir verdaderas transformaciones y todo ese movimiento que se produce tiene un impacto muy rápido y potente en nuestra vida cotidiana.
Antes de adentrarnos en la sanación akáshica en sí, vamos a ver un poco que es eso de “akáshico” o el akasha.
El plano etérico
Akáshico viene del sánscrito y significa firmamento, nos conecta directamente con el éter, con ese quinto elemento que da forma y contenido a todo lo que es.
Los otros 4 elementos los podemos ver y sentir desde nuestra tercera dimensión, el aire, el fuego, el agua, la tierra, están materializadas en el plano físico y por tanto nos es más sencillo reconocerlos y que existen.
Pero es, sin embargo, este quinto elemento, akasha o sustancia primigenia, la que da forma y contenido a todo lo que podemos percibir por nuestros sentidos.
Es en el plano etérico donde se tejen con hilos invisibles, todo lo que percibimos en este plano.
El éter lo respiramos, nos rodea, está en todas partes, pero no lo percibimos aunque sin él no sería posible vivir la experiencia que vivimos en la Tierra.
El plano etérico es un campo de información, de conocimiento, un campo infinito que lo contiene todo, que da orden y sentido a esta realidad.
Desde este punto, tal vez nos sea más sencillo entender que cuando somos capaces de acceder a este espacio, se abre ante nosotros la posibilidad de entender a un nivel superior temas y asuntos en los que sentimos que ya no somos capaces de ver “más allá”.
Pues el trabajo con los registros akáshicos, justo lo que nos permite es poder mirar con otros ojos lo que nos está sucediendo.
Pero no son otros ojos cualquiera, sino que la información que recibimos, viene de nuestro ser superior, ayudados por nuestros Guías, Ángeles y Seres queridos envueltos en luz, que nos permiten acceder a hacer consciente una información que quizá hasta entonces no conocíamos.
En qué consiste una sesión de lectura de registros akhásicos
Cuando realizamos una lectura de registros, hacemos una serie de preguntas al lector, preguntas sobre lo que estamos viviendo, y el lector canaliza de nuestro ser superior las respuestas.
Es la oportunidad de poder ver, a la luz de nuestra alma, qué es lo que está sucediendo.
Como ejemplo concreto podemos poner una persona que a lo largo de su vida siempre ha tenido parejas con un mismo rasgo que se le ha repetido, por ejemplo, una persona que siempre termina sus relaciones de la misma forma, huyendo del compromiso.
Desde la personalidad que somos, desde nuestro ser físico, podemos haber trabajado estos temas, y haber tomado conciencia de que tenemos miedo a que nos hagan daño, convencernos de que realmente esa pareja no era buena para nosotros, etc.
Pero si se nos repite muchas veces, podemos llegar a pensar que hay algo que se nos está pasando por alto.
Los registros akáshicos nos dan la oportunidad de mirar desde un plano superior que sucede, ¿por qué se repite esto? ¿qué puedo hacer para trascenderlo? ¿cómo liberarme de este patrón? ¿qué creencia limitante hay detrás de esto que me sucede?
Estas serían algunas preguntas que podríamos plantear en una sesión.
Las respuestas pueden ser muchas y diversas, pero por ejemplo, podría ser que en la familia materna de la persona, hubiera ocurrido que uno de los cónyuges hubiera fallecido, dejando la familia rota y al superviviente con un dolor profundo que le impidió ser feliz y una sensación de abandono.
Esa impronta de dolor y abandono y de duelo no sanado, se va transmitiendo generación tras generación para que alguien la libere y la sane. De forma que para protegerme de que “mi pareja se vaya o muera” me voy yo antes.
Hacer consciente que esta carga no es mía, sino que viene de atrás, ya produce un movimiento, esa “sanación akáshica” de la que hablamos.
Junto con esto, en la lectura, pueden venir pautas, como honrar a mis ancestros, a la persona que sufrió tanto dolor, agradecerle su labor, entendiendo que, con las herramientas que tenia en aquel momento, lo hizo lo mejor que pudo, y liberarnos de ese miedo, gestionar y liberar el duelo pendiente… entender que no es nuestro, que no es real, etc.
Fuente: https://www.saludterapia.com/
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